El silenciamiento



Publicado en el periódico kioSco nº85, octubre 2012.


Bun Alonso                                                                                  

Adoro tu miseria de templo demolido 
y la montaña de silencio que te mata. 
Mi país, oh mi país/ Efraín Huerta


La montaña de silencio que siempre parece cubrir a México tiene varios matices. En realidad, varios de ellos parecen silenciosos cuando no lo son, y otros que parecieran gritar mucho lo que están haciendo es callar a medias.

El ejemplo más notable de mutismo es el que aplican los medios de comunicación de mayor alcance. Hablan y hablan mucho pero callan lo esencial. Se dotan de una imagen de promovedores de la libertad de expresión y de portadores de la voz de la ciudadanía, pero mantienen en apacible silencio a la población.

Sabemos que por el lado electoral hay un personaje central que siempre está haciendo ruido en la escena, pero que su ruido parece poco afectar a esa “mafia que se adueñó del país”, como él los llama. Por supuesto: Andrés Manuel López Obrador. Su más reciente acto mediático fue la convocatoria al Zócalo el día 9 de septiembre, tras la resolución obvia del Tribunal Electoral de darle la victoria a Peña Nieto pese al caudal de irregularidades presentadas (o sea: silenciamiento voluntario o, mejor dicho, por billetes). Ese día anunció su separación de los partidos que conforman el Movimiento Progresista, para dedicarse a hacer de Morena un nuevo partido político, con miras de organización hacia 2018.  

Cierto es que la imagen que muchos medios logaron inculcar en varias conciencias mexicanas no fue la acertada, es decir, que el escenario de 2006 se repetiría (un Obrador mandando al diablo a las instituciones y plantón en Reforma), y el que se repitió fue el de 1988 (fraude a Cárdenas, motivo que lo llevó a la fundación de un nuevo partido en ese entonces, el PRD).

El anuncio de AMLO en el Zócalo, más que sugerir una fuerte movilización y acciones concretas contra la imposición, se trató de una manera indirecta de legitimar a Peña Nieto. O más bien, tal como su mensaje ambiguo de me voy pero no me voy del PRD, su posición es luchamos pero no tanto, o lo que sería lo mismo: seguimos por la vía electoral, la misma por la que nos hicieron ya dos fraudes al hilo y que sabemos que está ensañada de raíz. Apostó por una transformación en un futuro aun más incierto.  Es una manera de seguir silenciados.

Desde la década de los 70’s ha existido gente que está gritando. Algo que nos heredó la generación del 68, fueron las guerrillas desarrolladas en años posteriores. Pequeños puntos presentes principalmente en Guerrero ocasionándole grietas al sistema, haciéndole ruido poco percibido por la población debido al silencio mediático de esos años. Pero un ruido bastante preocupante para el gobierno que sólo pudo callar, en apariencia, con represión y torturas.   

Corre un chiste popular, que en el fondo no resulta tan chistoso, de que con el regreso del PRI a la silla habría que retrasar nuestros relojes 80 años. Aún Peña no se sienta oficialmente en la presidencial y ya sentimos que los relojes van retrocediendo algunos años. Por lo menos 40 atrás, cuando en la década de los 70’s y 80’s se hacían presentes las desapariciones forzadas a los opositores políticos del régimen.  

Hay que denunciar fuertemente y jamás olvidar que lo anterior ya está sucediendo: desapariciones de militantes de partido hasta de activistas políticos.  

El 22 de julio de este año se reportó la desaparición de 3 jóvenes del Partido Movimiento Ciudadano en el municipio de Paracho, Michoacán. Sus nombres son Luis Enrique Castañeda Nava, Diego Antonio Maldonado Nava y Ana Belén Sánchez Mayorga. Hasta la fecha, no se sabe nada de ellos.  

Una desaparición que ha causado bastante indignación en el mundo virtual, es la de Ruy Salgado, mejor conocido como el 5anto. El motivo es simple: mantenía una página web que servía como medio de comunicación alternativo, con recopilación de noticias de diversos medios, dándole seguimiento constante al movimiento Yo soy 132 y a Anonymous. En junio el joven Salgado reportó desde dicha página, www.el5antuario.org, mediante un video, que había recibido amenazas por parte del gobierno federal en función. El 5anto, caracterizado por usar una máscara de lucha libre de color azul, se encuentra desaparecido desde el 8 de septiembre y el equipo de colaboradores de su sitio se mantiene en pausa hasta no tener noticias confirmadas del paradero de su compañero.  

La desaparición más reciente, y que ya ha sido denunciada por medios como la revista Proceso, es la de un vocero de Yo soy 132 de la ciudad de Ensenada, Baja California. Aleph Jiménez Rodríguez está desaparecido desde el pasado 20 de septiembre. Recientemente sus compañeros del movimiento indicaron que Jiménez había confesado que era seguido por una camioneta que se estacionaba fuera de su casa.  

Si no es represión en las calles, el PRI ya piensa en cómo silenciar a las redes sociales. Ya observamos cómo en las pasadas elecciones gran parte de los usuarios de estas redes hicieron evidentes los errores y abusos por parte de este partido. Acostumbrados a una ciudadanía fácilmente manipulable mediante despensas y demás dádivas, el PRI no puede tolerar la idea de que existe un grupo de personas que eligen qué información consumir, ejerciendo una capacidad crítica.

Con respecto a lo anterior, el periódico Excélsior el día 20 de septiembre reportó que el presidente nacional del PRI, Pedro Joaquín Coldwell, durante su participación en la Cumbre de la Comunicación 2012 había hecho un llamado a regular las redes sociales: “es necesario regularlas debido a que hay mexicanos que las utilizan para denigrar en vez de fomentar valores éticos y culturales”, reportó el periódico. Más tarde el Comité Ejecutivo Nacional del PRI desmintió tal afirmación, y el mismo Coldwell hizo lo mismo desde su Twitter.

Haya sido real o no, siempre resultará hipócrita cualquier intento por parte del PRI de “regular” (léase acallar a un puñado de mexicanos críticos) las redes sociales, puesto que se trata del mismo partido que durante la campaña presidencial las uso para llenarlas de bots (usuarios fantasmas) que simularan apoyo a su candidato. No pueden bogar después por un “uso correcto” de las redes.

Bajo el silenciamiento colosal que se estará presentando, más nos valdría tener la audacia de identificar la información que en realidad es propaganda del poder y los jugosos cheques disfrazados de análisis políticos.   

Mientras tanto, el sexenio prepara la fábrica de políticos rating. Dicho creacionismo mediático ya dio una muestra con la fotografía publicada en la revista ¡Hola! en donde aparece el gobernador electo de Chiapas Manuel Velasco Coello besándose con la actriz de Televisa Anahí, quien después acusó a un amigo suyo de haberle robado la fotografía.   

Coincidencia (político del “nuevo PRI” con actriz televisiva) o plan estratégico o no, los medios de información, los más viles y serviciales, siempre estarán dispuestos a hacer de la política y vida pública del país el circo que entretenga a las masas, la mezcla de ficción con realidad que genere una obra con un guion maltrecho del que muchos se dan cuenta de ello, pero que pocos se atreven o saben cómo salirse de esa obra. 

La obra se llama El silenciamiento y es de permanencia voluntaria. Si alguien decide por sí mismo abandonar la sala de teatro, no se asegura que allá afuera ya no encuentre la voz silenciadora, por el contrario, lo más seguro es que se vea de frente con un aparato mucho más real y salvaje que de verdad logre silenciar a uno o dos, pero no a los cientos y miles que luchan por cambiar este sistema: se trata de la represión del PRI y el brazo armado del Estado. Un mutismo legitimado por los grandes poderes facticos.  


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