Tres poemas


 Poemas publicados en la revista Cascabel n°23, octubre 2014 (La Paz, BCS)





Zonas distintas
Para Aretzy Gallegos

Es hora de descansar bajo zonas distintas
por entre aires que carezcan de cielo
en cementerios que no apesten a pisadas
languidecer por otras calles
escuchar otros maullidos arrojados a la nada
en otra zona, otra ciudad donde el cemento
desanude andanzas malogradas
y sea avivado por un alto viento
y no se cubra de enjambres de cenizas
llegó la hora de maltratar soledades
en el camino degollado de la restauración

Sin sosiego pasos andan tras de mí
y cuando hay tendederos con prendas muertas por la lejanía
he sentido cómo se tensa todo el horizonte

Si acaso raja mi saliva una melodía
si esta plaza de armas machacara con su ruidal de hojas
y su kiosco fuera un poro más de la ciudad
sería ya hora de descansar bajo zonas distintas

Digo que es hora de irnos
a donde la esperanza sea la caída que retumba
porque aquí uno ya no está
y se complica la muerte todavía más que la existencia
y las lluvias hablan de revanchas

Me voy a descansar bajo zonas distintas
tristemente como el perro buscando el ladrido 
o como la tarde remangándose su herida



La ciudad es como ella


               Allí está todavía
el sexo en torrente por las esquinas
el fuerte galopar de nuestras venas de azote 

Solo, esperando a que un aire venga y me rompa el esqueleto
observo a la muchacha que camina
enfangada en lumbre
va tasajeando de pisadas las calles
va hidratando la visión de los paseantes
pone epígrafes en la frente de quien la mira
alienta al lecho seco del río Nazas
a levantar auroras
la muchedumbre se pinta con sus ganas
y ella le mide los pocos centímetros de su vuelo
por demás 
escupe fumarolas
cuando el tren de los desvelos
descarrila su carga

Porque le nacimos como un lunar al mundo
que cada uno cave su destierro
y elija quién le cantará su arrurrú en los brazos del desierto
mientras la tarde se enrojece por un goce que se ha roto
y el sol
arde con nosotros



Garrucha

Para los compas Chano y Neftalí, guardianes del corazón y la tierra

I
Sin medir distancia
llega el prestigio de la tormenta
cuando es hora de guardar
las pieles agotadas de las montañas

II
El camino que entre lo verde se amansa
el carrasqueo que entre los pasos se aviva
caminar por la cañada en los silbidos del agua
y andar para que no nos dé la noche
Cuando zangolotea el chuncerro
es porque quiere lluvia
y un cascabel chorrea su sonido

III
Himen semilunar
de la noche en el sureste
que se pandea
cuando se enfiesta el ramaje

IV
Amarra tu paliacate al rostro
o enfúndate la capucha
levántate temprano
cuando rasgue la luz tu sangre
y se alagarte tu mirada

V
Ya en la noche
la cornucopia anuncia
los quinientos años y contando




Comentarios