Clientelismo: Humberto Moreira y las priistas




Publicado en el blog Estancias del portal CultoGrama. 
18 de febrero, 2016


Bun Alonso

[“Cuando me dijeron (que habían arrestado a Humberto Moreira en España) sentí una gran tristeza porque fue un hombre que transformó a Saltillo. La confianza la tenemos en Dios de que va a salir bien librado porque ha hecho muchos beneficios. Yo soy evangélica y oro mucho por él”]

Y pasa así: pasa que el clientelismo es otra más de las formas en que la democracia mexicana reafirma su poder sobre los otros y pasa que no nos damos cuenta. Pasa que en vez de tratar de entenderlo sólo señalamos y adjetivamos a quienes son víctimas de esto: a los clientes. 

[“Yo nomas quiero saber ¿cuál político no ha hecho eso? Dicen: es que estamos pagando la deuda. Estamos pagando los puentes, todo lo que abrió para la gente. Eso es lo que estamos pagando (...) no se lo robó, está todo bien trabajado, está todo bien distribuido”]

En la sociedad de la Roma antigua el cliente era la persona de nivel socioeconómico inferior que se ponía bajo el patrocinio de un patrón —éste, claro, de nivel socioeconómico alto pues era propietario de tierras.

La palabra cliente viene del latín cliens, clientis. Y la antigua denotación ha logrado llegar hasta nuestros días y estancarse en la política y ahí resguardarse, anidar, pudrirse, y cumplir ciertas funciones. Por lo que la relación cliente-patrón es una de las más antiguas que se mantiene: algún político ejerce su poder sobre un ciudadano quien lo acepta y a cambio recibe protección —una ayudita, una despensa, botes de pintura para embellecer su casa, un tinaco, etecé. 

[“Si dicen que robó, a la mejor robó pa darnos a todos nuestros hijos que somos hijos de él”]

Y, por supuesto, unas de las funciones de esta dinámica es ocultar, dejar intacta la desigualdad y sus estructuras. Hacer creer que algo se modifica, que algo cambia en la vida de la gente —de sus votantes o potenciales votantes.

[“Esa persona ayudó a mucha gente necesitada, a mucha gente necesitada, y a mí me consta cuando yo veía que la gente se acercaba a él cuando él fue gobernador que él apoyaba inmediatamente a esa gente bien pobrecita que se acercaba a él”]

Otra vez el asunto de la caridad. De los que tienen más deben de dar a los que menos. Porque los que menos tienen, pobrecitos, les ha tocado ese destino o, más bien, no se han esforzado lo suficiente. Es uno de los engaños que el capitalismo ha inventado para justificarse. El de eres pobre porque no has hecho los méritos suficientes para dejar de serlo. Y entonces surge la generación emprendedurista del cambio está en uno mismo.

Y mientras tanto, los políticos-empresarios dan, reparten cosas —con dinero de los ciudadanos— y decimos qué buenos son, ellos sí que se preocupan por nosotros.

 [“Si dicen que él agarró dinero pues yo creo que no lo agarró nada más para él, lo agarró para ayudar a tanta gente pobre…”]

Pero tampoco es que la relación clientelar sea permanente: no vaya a ser que se acostumbren a estirar la mano y que les den. Además, los votos son necesarios sólo cada tres, seis años.

[“Es el único ser que si ahorita sale de ésta y se regresa a Coahuila, gana porque gana”]

Y entonces pasa que se necesita mucha creencia, mucha ideología para ser un buen cliente. 




Nota: Las citas fueron extraídas del texto “¿Qué político no ha robado?, pregunta lideresa saltillense” de Roxana Romero publicado en Vanguardia el 16 de enero de 2016; y del video “Lideresas del PRI defienden a Moreira”. 

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