Después de los sucesos de Nochixtlán, Oaxaca, del 19 de junio, ¿qué tipo de manifestaciones se realizan en La Laguna para mostrar apoyo al magisterio y rechazar la reforma educativa? ¿Sirven acaso para algo?
En la Comarca Lagunera pocas veces se ha visto en años recientes que una
manifestación de protesta social congregue a más de tres mil personas.
El miércoles 22 de junio los medios locales registraron más de cinco mil
en una concentración que inició en la Plaza Mayor en Torreón y que se
extendió en una marcha hacia la Plaza de Armas. El motivo: exigir un
alto a la represión del gobierno federal sobre el magisterio disidente
que se pronunciaba en contra de la reforma educativa. Unos días antes,
el lunes 20, apenas uno después de los sucesos de Nochixtlán que dejaron
nueve muertos por la policía federal en Oaxaca, se había convocado a
una manifestación en la misma Plaza de Armas a la que acudieron pocos
asistentes.
Pero ese día me tocó ver por primera vez desde que se inventó la función
de “Eventos” de Facebook que la cantidad de personas que asistió superó
a la que puso “Asistiré” en el evento de la red social —que fueron poco
más de 2,300. En la vida real fueron más y no todos pertenecían al
magisterio. Un grueso eran estudiantes, padres de familia, integrantes
de otras organizaciones, el ciudadano común.
¿Qué motivos habían hecho salir, en una región que se caracteriza por su apatía, a tantas personas?
Claro era que la indignación por la reciente represión contra la
Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) en Oaxaca
era uno de ellos.
“Yo durante toda mi vida he convivido de cerca con maestros, mis papás
los son, ahora mi novia lo es, y esta reforma para mí está hecha por
alguien que vive en un México totalmente diferente a éste”, dice Javier
Soto, estudiante.
Y también dice que la reforma educativa menciona que la educación la
conforman los docentes, educandos, administrativos, autoridades, padres
de familia, infraestructura, material, planes, programas; pero que “si
eso es verdad, ¿por qué sólo se le evaluará a un maestro? ¿Quitando y
poniendo a otro se mejorará la educación? Cuando hay escuelas que ni
techos tienen, cuando hay niños que sufren de traumas provocados por
sufrir violaciones o no van comidos a las escuelas. En la reforma se lee
mucho la ambición de formar a un alumno apto para el progreso ¿De qué
progreso hablan? ¿Cuáles son las técnicas, modos o métodos que se
emplearían? De eso no dice ni una palabra”.
Y además dice que lo que lo une a esto es la dignidad que ha demostrado
el movimiento magisterial desde el 2006 en las revueltas de Oaxaca —y
que él entonces tenía nueve años. Y que no quiere una educación que
forme para la competencia, que sólo intente subir las cifras para un
mundo de cifras. Y que cree que la lucha de los maestros debe ir más
allá de la defensa del ingreso económico —aunque es una defensa válida,
aclara.
La convocatoria anunciaba sólo una concentración en la Plaza Mayor, pero
un contingente terminó marchando hacia la Plaza de Armas donde al
llegar se improvisó un mitin en una calle Juárez atestada de
manifestantes.
Al contingente de Torreón, que estaba integrado además por gente de
Francisco I. Madero y Matamoros, se había unido otro grupo de
manifestantes de Lerdo que había marchado por el bulevar Miguel Alemán.
Sobre un automóvil se instalaron unas bocinas y los maestros tomaban el
micrófono para desgañitarse frente a él.
“El gobierno ha sido muy claro: no está dispuesto a dialogar. No queda
otra más que acompañar la lucha de quienes se atreven a salir a las
calles. Yo fui en mi bici, por entre la gente; en las banquetas y en las
calles les acompañé primero por un ánimo de solidaridad, porque estoy
en contra de la reforma educativa, que está destinada a favorecer a unos
cuantos que quieren lucrar con la educación que bien que mal ofrece
este país a sus habitantes”, dice Beto Iñaki unos días después de haber
asistido a la marcha. Y que aunque no está de acuerdo del todo con los
planteamientos de la CNTE, dice que ellos son los únicos que han
plantado la cara para defender algo que nos tendría que importar a todos
los que nos decimos mexicanos.
“Yo fui con mi hermano que es médico y encontré un montón de personas
que independientemente de su oficio o profesión fueron también”, agrega.
“La salud también se está privatizando. Hay desabasto de medicamentos y
la cobertura del seguro social es cada vez más pobre. En la mayoría de
los servicios públicos la cosa es similar. No creo que deba pasar
inadvertido que estas movilizaciones están marcando un parteaguas en La
Laguna”.
Poco antes de terminar el mitin, del micrófono salió una voz que anunció una próxima marcha para el domingo.
***
Con un sol de domingo por la mañana, cerca de dos mil personas marcharon
el 26 de junio de la Torre Eiffel de Gómez Palacio hacia la Plaza Mayor
de Torreón. Para los fines políticos de una lucha social, ¿qué sentido
tienen las marchas?
Las más de las veces funcionan para legitimar una causa y para mostrar
fuerza: para mostrar a un gobierno que se cuenta con la gente suficiente
como para que tenga que preocuparse; o, también, para mostrarse ante
más gente y convencerla de que la causa es justa y que debería unirse.
“Las marchas u otros medios de protesta expresan un ¡ya basta! ante
alguna injusticia y en ese sentido son un esfuerzo de autodeterminación
social que frecuentemente se ve limitado o domesticado por figuras
totalizadoras como el sindicato, el partido u otro tipo de
organizaciones verticales, pero principalmente por el Estado”, opina
Walter Salazar, sociólogo. Y además dice que en el centro y sur del país
cuentan ya con una tradición organizativa muy fuerte, que a la hora de
este tipo de manifestaciones el movimiento refleja fuerza. “Sin embargo,
en el norte del país, como es el caso de La Laguna, la cuestión es
diferente, no porque nuestra tradición organizativa y política sea
escasa, sino por la constante desarticulación de ésta mediante un
esquema industrial que ha debilitado decididamente los pocos esquemas
comunitarios que subsisten. Así es que vemos cómo las marchas en nuestra
región generalmente son pequeñas y las consignas que se gritan se
escuchan un tanto desabridas, con muy poco ímpetu”.
La marcha se llevó a cabo sin ningún altercado y cruzó el puente
plateado para entrar a un Torreón donde las calles del centro se
encontraban con la mayoría de los negocios cerrados y, por ende, con
poca gente. En una camioneta se vendían botellas de agua para templar el
calor.
Ya en la Plaza Mayor, las escalinatas que llevan a la presidencia se
cubrieron de mantas pintadas con consignas y todos nos ocupamos de
acomodarnos en un lugar más o menos con sombra para escuchar el
acostumbrado mitin: maestro tras maestro tomando el micrófono para “dar
un mensaje” y gritar alguna que otra consigna —un maestro invitado de la
ciudad de Durango decidió ser breve y terminó por mentarle la madre al
presidente.
Al final se anunció la próxima acción: un evento político-cultural, aquí mismo, en Plaza Mayor, para el jueves 30.
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“Yo pienso que mucha gente lo vio y se vio testigo, no simplemente por
la reforma, más bien laboral disfrazada de educativa, no sólo nada más
por eso sino por la violencia que se generó, y más aquí que hemos sido
víctimas graves de la violencia que se vivió años atrás, por eso fue
mucha solidaridad porque todos hemos sufrido abusos de policías”, dice
un estudiante de Publicidad y Mercadotecnia sosteniendo una bandera roja
comunista mientras espera a que dé inicio el evento político-cultural.
Dice, también, que pertenece al Partido Comunista, que la organización
lleva casi cuatro años existiendo pero no han estado muy activos.
En el área de la Plazuela Juárez de la Plaza Mayor ya se encuentra
montada una tarima grande y cerca de cien sillas todavía no
suficientemente pobladas porque aún les pega el sol.
Francisco, maestro de preparatoria en la ciudad de Francisco I. Madero e
integrante del Magisterio Unido de La Laguna, reparte volantes.
“Se lo atribuyo a que hay ese sentimiento de solidaridad en los
maestros, en la gente de la Comarca”, contesta a la pregunta de por qué
creía que tanta gente había salido a las calles en las dos marchas
pasadas.
“La Coordinadora lo que dice”, continúa, “es que tengamos cuidado con
este tipo de manifestaciones espontáneas, que tienen que tener cuidado
porque tiene que haber una orientación de que verdaderamente debes de
saber para qué sales, por qué sales a marchar, porque si no lo haces
así, vas a matar a este gran movimiento. Es lo que nosotros decimos.
Desgraciadamente la gente cuando dice la consigna ‘solidaridad y apoyo a
Oaxaca, solidaridad y apoyo a Chiapas’ nos refleja que falta un
desarrollo político más claro. Salir por solidaridad está bien, pero la
gente se viene abajo cuando no tiene otros motivos, y los motivos de la
Coordinadora son muy claros: es solidaridad, pero es tirar la reforma
laboral, puede ser laboral, puede ser educativa”, dice el maestro de los
volantes.
El evento, al principio, daba la impresión de ser un festival de
primaria cualquiera. Un maestro jubilado subió a cantar, con una
guitarra muy desafinada, canciones de protesta.
A un costado del escenario un grupo de niñas con tutú de color azul de
la escuela primaria Ignacio Zaragoza de Gómez Palacio esperaba por subir
a presentar un acto de baile con canciones de la película “Frozen”.
Después de ese grupo, subió otro, que además incluía niños, y presentó
algunos bailes tradicionales de Nuevo León. Había más de 200 personas en
el evento.
***
El lunes 11 de julio mientras una Comisión Única de Negociación de la
CNTE ingresaba dialogar —en lo que sería su cuarta mesa de negociación—
con algunos funcionarios de la Secretaría de Gobernación en la Ciudad de
México, por varios territorios del país se organizaban manifestaciones
en apoyo.
Incluida una en La Laguna: esta ocasión con menos asistentes que las
anteriores —rondaban alrededor de los 400, la mayoría maestros. El
motivo mayor de la poca asistencia fue que apenas un día antes se había
lanzado la convocatoria vía el Facebook del Magisterio Unido de La
Laguna a la marcha que partió de Soriana Centro de Gómez Palacio,
Durango, y terminó en la Plaza de Armas.
Al mismo tiempo se llevaba a cabo otra mesa de negociación, pero ésta
entre la Secretaría de Educación Pública (SEP) y el Sindicato Nacional
de Trabajadores de la Educación (SNTE). Y el mismo día, pocas horas
antes, algunos 40 maestros de San Pedro, Coahuila, habían tomado la
caseta de La Cuchilla.
El contingente, gritando las consignas tan acostumbradas mientras
algunos maestros se desperdigaban por las calles repartiendo volantes,
marchó por la calle Victoria y giró en la calle Independencia para
arribar a la plaza donde ya se encontraban instaladas unas bocinas y un
micrófono más o menos de mejor calidad que el sonido que se llevaba en
la marcha —un sonido más bien gangoso, distorsionado, del que se logró
escuchar durante la marcha la voz de un maestro que gritaba “No es el
sur, es México el que está ardiendo” o también “Reformas que no dejan de
ser matanzas”.
Ya en el mitin, una maestra de la escuela primaria 18 de Marzo aprovechó
su participación al micrófono para lamentar la poca asistencia:
“Por cada maestro que no vino es un punto a favor para el gobierno de la
república. Tú que viniste el día de hoy, acude a tu compañero de tu
escuela, llama a tu escuela a que asista a las marchas, invítalo a que
esté presente, hazlo consciente de lo que acaba de perder”, dijo en un
tono rabioso como el tono que usaron todos los maestros que esa tarde
tomaron el micrófono en el mitin.
El 15 de julio nuevamente la Comisión Única de Negociación volvió a
sentarse en una mesa de diálogo con la Secretaría de Gobernación sin que
resultara solución alguna posible al conflicto.
Las reuniones entre los maestros disidentes y el gobierno federal son
frecuentes, pero sus técnicas y sus ideas sobre educación son
irreconciliables.
Mientras tanto, la SEP y el SNTE parecían llegar a acuerdos: las negociaciones, ahí, sí avanzaban.
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