Un CR7 mejorado
Jueves, 16 de enero 2025.
El mejor del mundo. Hay gente que de verdad lo dice, y no sólo eso, sino que lo cree. Lo repite una parte de la prensa, lo repiten los narradores deportivos (durante la transmisión de la final de la Super Copa el pasado 12 de enero uno de ellos lo dijo tal cual) y lo repiten los columnistas. Incluso alguien como Manuel Jabois (un excelente escritor y periodista con una manera elegante e inteligente de decir las cosas) lo escribió en su columna del seis de enero en El País: “Que un año después este portero te tire de la camiseta (práctica habitual suya: ya lo hizo con Gavi, que casi se lo come, pero sin rozarlo) y tú le vayas a tocar la carita, demuestra el recorrido psicológico que queda por hacer con un jugador de 24 años que ya es, pese a estas trapalladas, el mejor del mundo”.
Se refería a la expulsión del brasileño tras el manotazo que dio a la cara de Dimitrievski, portero del Valencia. Me sorprendió leerle eso, a alguien como Jabois, tan razonable siempre en sus columnas, pero ya veo que incluso a él le sale lo fanático. Y es que en temas de futbol, ¿a quién no?
Vini es la nueva versión mejorada de Cristiano Ronaldo que ha lanzado el madridismo (por “versión” léase “producto” y por “madridismo” entiéndase “Florentino”).
Es la versión Netflix: le cambiamos el color para así poder montarnos sobre luchas sociales a nuestra conveniencia (que Vini ha sufrido y sufre cánticos racistas en los estadios es innegable y a los racistas deberían sacarlos de un estadio, pero hay diferencias cuando denuncias aquello a cuando lloras frente a los micrófonos y luego haces que tus fanáticos se conviertan en zares antirracismo para, casi después, ponerte tú en la cancha a insultar y golpear a cuanto jugador te baile y a retarlos a verse en la calle para agarrarse a golpes mientras que tus fans, otrora defensores de la igualdad, lanzan insultos racistas desde las gradas hacia Lamine Yamal y Raphinha).
Es también la versión mejorada, dramatizada, de Cristiano. Si este último juega para dar su propio show, Vini lo exagera y lo da dentro y fuera de las canchas y es capaz de enfrentarse a la hinchada rival del Rayo Vallecano por gritarle “Vini balón de playa” y él responderles con un “se van a segunda”.
El mejor del mundo. No sólo la prensa y fanáticos lo dicen, sino que, es peor, él mismo. ¿Alguna vez alguien ha visto a Messi proclamarse el mejor? ¿Alguien lo vio a la edad que hoy tiene Vinicius, 24 años, decir de sí mismo que era el mejor del mundo después de haberse agenciado su tercer Balón de Oro?
Pues Vini sí que lo ha dicho. El pasado diciembre tras ganar su premio de consolación The Best, escribió en Instagram:
“Hoy le escribo a ese chico que vio tantos ídolos levantar este trofeo... Tu tiempo ha llegado. O mejor aún, ha llegado mi hora de decir... Sí, soy el mejor jugador del mundo y he luchado duro por ello”.
En este aspecto, también, se trata de una versión mejorada de CR7: más hocicón, y eso ya es decir mucho. Pero lo malo de todo ese orgullo es cuando hay que tragárselo.
Igual que sucede con Cristiano Ronaldo, la caída se augura estrepitosa. Algún club en Arabia ya debe estarse relamiendo los bigotes por Vinicius Junior.
Es la versión Netflix: le cambiamos el color para así poder montarnos sobre luchas sociales a nuestra conveniencia (que Vini ha sufrido y sufre cánticos racistas en los estadios es innegable y a los racistas deberían sacarlos de un estadio, pero hay diferencias cuando denuncias aquello a cuando lloras frente a los micrófonos y luego haces que tus fanáticos se conviertan en zares antirracismo para, casi después, ponerte tú en la cancha a insultar y golpear a cuanto jugador te baile y a retarlos a verse en la calle para agarrarse a golpes mientras que tus fans, otrora defensores de la igualdad, lanzan insultos racistas desde las gradas hacia Lamine Yamal y Raphinha).
Es también la versión mejorada, dramatizada, de Cristiano. Si este último juega para dar su propio show, Vini lo exagera y lo da dentro y fuera de las canchas y es capaz de enfrentarse a la hinchada rival del Rayo Vallecano por gritarle “Vini balón de playa” y él responderles con un “se van a segunda”.
El mejor del mundo. No sólo la prensa y fanáticos lo dicen, sino que, es peor, él mismo. ¿Alguna vez alguien ha visto a Messi proclamarse el mejor? ¿Alguien lo vio a la edad que hoy tiene Vinicius, 24 años, decir de sí mismo que era el mejor del mundo después de haberse agenciado su tercer Balón de Oro?
Pues Vini sí que lo ha dicho. El pasado diciembre tras ganar su premio de consolación The Best, escribió en Instagram:
“Hoy le escribo a ese chico que vio tantos ídolos levantar este trofeo... Tu tiempo ha llegado. O mejor aún, ha llegado mi hora de decir... Sí, soy el mejor jugador del mundo y he luchado duro por ello”.
En este aspecto, también, se trata de una versión mejorada de CR7: más hocicón, y eso ya es decir mucho. Pero lo malo de todo ese orgullo es cuando hay que tragárselo.
Igual que sucede con Cristiano Ronaldo, la caída se augura estrepitosa. Algún club en Arabia ya debe estarse relamiendo los bigotes por Vinicius Junior.
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